El ex combatiente de la guerra de Malvinas que se consideraba desaparecido y fue hallado en un zona rural cercana a la localidad entrerriana de La Criolla, a 20 kilómetros al norte de Concordia, afirmó ayer que nunca mencionaba su participación en el conflicto porque no quería acordarse “de nada”. Francisco Fherenbacher, ex cabo 1º maquinista del crucero Comodoro Py, recordó que él tenía que estar en el crucero General Belgrano “y terminó yendo un compañero mío, que murió”. El ex combatiente de Malvinas fue contactado el 26 de mayo último por integrantes del Centro de Ex Combatientes de Concordia. Se ríe cuando le dicen que ha salido en los diarios y que lo mencionaron “por la radio”. También se alegra porque está muy cerca de acceder a beneficios (jubilación y obra social) que tienen otros veteranos.
Sólo cambió su cara cuando se refirió al conflicto armado “porque es algo de lo que no quiero hablar mucho”.
La casa donde vive Fherenbacher fue levantada por sus padres en 1946. Allí vive ahora con su hermano, que le trae comida todos los días cuando va a trabajar en un campo vecino, según precisó el diario Río Uruguay.
El marino, de 57 años, es alto y robusto, camina inclinado hacia un costado con las manos en la espalda. Contó que se enlistó en la Armada Argentina “por mi tío, que quería que entrara”, cuando tenía 20 años.
Como marinero pasó primero por la corbeta torpedera ARA Spora y luego se embarcó en el destructor ARA Comodoro Py, con el que estuvo navegando en el Atlántico Sur durante “tres meses de cielo y agua”.
“Por el radio nos enteramos del hundimiento del Belgrano y uno se puso muy mal ¿vio?”. Fherenbacher recordó entonces entristecido que “a mí me tocaba ir de base en el Belgrano y terminó yendo un compañero mío, que murió. Murió el que fue en reemplazo mío, si no yo no estaría ahora acá”, remató sobre el naufragio que costó la vida de 323 marinos argentinos.
Reveló que “por ahí me da el viraje”, según dice dibujando un círculo con sus dedos al costado de su cabeza. “Estoy con remedios y más vale que no quiero pensar en eso, más vale”.
Al terminar la guerra estuvo un mes en puerto “pero enseguida nos embarcaron en el comandante Espora dos años más y después nos mandaron al buque San Antonio”. Y allí sorprende al precisar que “me hice desertor por una loca, por andar de novio”. “Después me retiré nomás. Y nunca estuve en contacto con nadie”.
Dijo que los vecinos de La Criolla “sabían que estuve en la Marina, pero no que estuve en Malvinas. Cuando yo se los decía no me creían; ahora van a tener que creer sí o sí”, subrayó.
"Mi padre no estaba abandonado"
El suboficial de la Armada, Andrés Fherenbacher, negó ayer las versiones de que su padre, Francisco Fherenbacher, estuviese abandonado.
Andrés, buzo táctico de la Armada, dijo a Télam que su padre “vive en una casa grande de campo, con mi tío Luis, y es vecino de mi otro tío Carlitos Jarlis, que vive con su señora y mis primos”. “La casa donde vive es humilde pero no está abandonada; no tiene electricidad porque no hay tendido en ese lugar, pero tienen un generador propio y pozo de agua potable”, añadió.
Dirigentes del Centro de ex Combatientes de Malvinas de Concordia habían manifestado que Fherenbacher estaba en estado de abandono en una quinta en medio del monte, en la más absoluta pobreza.
Su hijo, suboficial segundo en Mar del Plata, aclaró que “viajo una vez por mes a verlo, lo llevo al médico y sé que mi tío Luis lo ayuda y mis otros tíos vecinos siempre le dan una mano”. Dijo que una abogada inició los trámites para que se le otorgue la pensión de guerra y la obra social.
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